
Origen de la palabra aceite
Hoy vamos a hablar de historia. O mejor dicho, de historia de las palabras: de etimología. El aceite de oliva es uno de los productos con mayor solera y tradición de Europa; lo sabemos, y probablemente por eso nos sentimos tan orgullosos y lo asociamos tanto a nuestra propia cultura. Lo sentimos como algo muy nuestro. La etimología, disciplina que estudia el origen de las palabras, así como su evolución y desarrollo, es una ciencia que nos dice mucho, y bien, acerca de la historia de nuestro objeto de estudio.
Así que, ¿de dónde proviene la palabra aceite? ¿Cuál es su origen? ¿Proviene del latín? ¿del griego?
Bien, aquí hay que señalar que, en el caso de España, la palabra aceite tiene un origen especial y diferente al de la mayoría de los países o regiones de nuestro entorno. Mientras que en latín, la palabra que expresa las sustancias líquidas grasas es oleum, en España tenemos la curiosa particularidad (comprensible por nuestra historia, después de todo), de que nuestra palabra aceite no proviene del latín, sino del árabe. Veamos.
El origen lo encontramos en una palabra árabe hispánica: azzáyt, que designa, específicamente jugo de aceituna. Esta palabra la encontramos usándose en Al-Andalus y proviene del árabe clásico azzayt, la cual a su vez tiene un origen arameo, zaytá.
Como vemos, todas estas palabras contienen la base zayt, palabra semita cuyo origen ya se pierde en la noche de los tiempos, y que significa olivo. El olivo, como sabes, es ese maravilloso árbol que nos da el fruto de la aceituna. El nombre hebreo del famoso monte de los Olivos es har-ha-zeitim.
En España, debido a la conquista musulmana y su permanencia en la península durante siglos, se impuso la palabra de origen árabe aceite. Pero como decíamos anteriormente, en otros lugares en los que la cultura islámica no tuvo participación, el origen etimológico fue otro: oleum.
Oleum es una palabra del latín que sirve para designar las sustancias grasas líquidas. En inglés, el aceite es oil; en francés, huile; en italiano, olio y en rumano, ulei. Todas provienen del latinismo oleum.
Como curiosidad, señalar que, hoy en día, el jugo o zumo o aceite de oliva se produce en las almazaras y, como casi todas las palabras españolas que empiezan con el prefijo al, también tiene un origen árabe. Estos denominaban al-ma´sara al lugar en donde se exprimía la aceituna para producir el aceite.

Como sabes, la conquista romana de la península ibérica comienza como parte del contexto de las guerras púnicas entre las dos grandes potencias mediterráneas del momento: Roma y Cartago, y se extendería hasta, prácticamente, el siglo I d. C. Esto significa que la palabra latina oleum apareció en nuestra península muy anteriormente a la palabra árabe azzáyt, y sin embargo, fue esta la que perduró. No es ajeno a esto el hecho de que la principal región productora de España (Jaén, Andalucía), formara parte, durante siglos, de Al-Andalus y no del norte cristiano.
Finalmente, señalar que aunque la palabra de origen árabe aceite hacía referencia, en su origen, exclusivamente al jugo de oliva, con el tiempo su uso se ha extendido hasta designar a todo líquido graso proveniente de otros frutos o semillas, como maíz, girasol, cacahuetes… Curioso, ¿no?